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La vida es corta para levantarnos por la mañana con tristezas, nadie dice que será fácil, sólo te puedo asegurar que valdrá la pena

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domingo, 24 de agosto de 2025

Ser como Doña Matilde XD


Doña Matilde tiene 76 años y una costumbre que desarma a cualquiera.

Cada mañana, antes de barrer la acera, coloca un cartel en la puerta de su casa. “No vende nada”. No pide ayuda. Solo escribe un mensaje nuevo. Uno de esos carteles decía: 

“Si hoy te sientes triste, toca el timbre. No tengo solución, pero sí café.”

 Otro decía: “Si tuviste un mal día, aquí hay pan dulce y silencio. El silencio también cura.”

 Al principio, nadie hacía caso. Pero con el tiempo, empezaron a llegar. Un señor al que acaban de despedir. Una muchacha sola en la ciudad. Un niño con miedo de volver al colegio. No hablaban mucho. Se sentaban en una silla de plástico, tomaban un café, y seguían su camino. La regla era simple: No hacía falta contar toda la vida. Solo saber que había alguien al otro lado de la puerta.

Una vecina le preguntó: —“¿Por qué hace esto, Doña Matilde?” Y ella respondió, sonriendo: —“Porque no quiero que el barrio se vuelva un conjunto de puertas cerradas. Antes la gente se buscaba. Ahora cada quien se encierra. Yo solo estoy recordando que seguimos necesitando a alguien.”

La historia se hizo viral cuando una joven le tomó una foto al cartel y la subió a redes. Miles de personas comentaron: “No todos los héroes usan capa. Algunos ponen café y sillas en la puerta.”

Hoy, cada mañana, el barrio se detiene frente a la casa de Doña Matilde a ver qué dice el cartel. A veces es un mensaje tierno. Otras veces, uno gracioso. Otras, un simple:

 “Si no tienes con quién comer, toca el timbre. Aquí siempre hay una tortilla caliente.”

No todo el mundo pasa. No todo el mundo se sienta. Pero todos saben que pueden hacerlo. Y eso, en un mundo donde cada vez hay más distancia, es un acto de resistencia. Doña Matilde siempre dice la misma frase cuando alguien se despide:

“Vuelve cuando quieras. Aquí no se cura la tristeza, pero sí se acompaña.”

Me la envió un amigo por Wassap

 

miércoles, 16 de julio de 2025

¿La vejez es triste?

 


... Salí del Súper y busqué las llaves del coche...

No estaban en ningún bolsillo, sólo tenía los documentos, el teléfono...

Volví adentro y busqué entre los tomates, las patatas... donde había estado.

Una búsqueda rápida.

Tampoco estaban allí.


De repente me di cuenta de que quizá las había dejado puestas en el coche.

Te pueden robar el coche si dejas las llaves puestas 🤔.

Corrí al parking y...

¡NO ESTABA EL COCHE! 😱


Inmediatamente llamé a la policía. Les di mi ubicación, descripción del coche, marca, dónde lo había estacionado, etc.

También confesé que había dejado las llaves en el coche y que me lo habían  robado.


Entonces hice la llamada más difícil de todas...

A mi mujer.

"Cariño... 😬

(tartamudeé)

... Me dejé las llaves en el coche... y me lo han robado".

Se hizo un gran silencio.  

Pensé que se había cortado.

Pero luego oí su voz.

Gritó: 

"¡¡¡Te llevé yo y te dejé en el Súper, CAPULLO!!!"

Ahora era mi momento de callarme y tragar saliva...


Avergonzado, y también feliz, dije:

 "¡Qué Bueno!

Entonces ven a buscarme", le dije...

Gritó de nuevo: 

"¡NO PUEDO IDIOTA!

¡Estoy en la policía! Cuando convenza a la Policía de que yo no robé el coche y se me pase el cabreo, ya veré si voy"


¡Genial!


viernes, 27 de junio de 2025

La Leyenda del TITANIC (La exposición inmersiva)


Ayer fui a ver la exposición en el Matadero (Las he visto todas desde que se inició esta experiencia y me encanta)Entretenido, didáctico, lo disfrutas y lo vives porque estimula los sentidos.

                             

Ascensores

A pocas personas se les ha escapado que Titanic fue un transatlántico británico que se hundió en su viaje inaugural el 15 de abril de 1912, después de chocar con un iceberg en el océano Atlántico Norte. La tragedia, que resultó en la pérdida de más de 1500 vidas. Esto ha despertado obviamente un gran interés dando lugar a noticias, exposiciones, libros , película. convirtiéndose en un símbolo de la fragilidad humana frente a la naturaleza.

Fue en su momento el barco más grande y lujoso y moderno del mundo,incluso se afirmaba que era insumergible. De ahí que se convirtiera en un símbolo de la fragilidad humana frente a la naturaleza.
 






El barco que yace a 3.821 metros de profundidad, a unos 563 kilómetros de la costa sureste de Terranova, fue descubierto en 1985 por una expedición liderada por el Dr. Robert Ballard. Está en un estado de descomposición avanzado debido a la corrosión y a las bacterias que devoran el metal.



En cualquier la experiencia es positiva y no deja de causar asombro y cierta tristeza. Podéis visitarla hasta el 13 de Julio que finaliza la exposición.




Aquí os dejo un enlace a exposición que visité en el 2015 en el Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez, (En la Plaza de Colón de Madrid)

“Titanic, the Exibition”




jueves, 22 de mayo de 2025

Siembra

 


Un hombre entró en un local y vio a un señor en el mostrador.

Maravillado con la belleza del lugar, preguntó:
-Señor, qué se vende aquí...???
-Los dones de Dios. Le respondió el señor.
-Cuánto cuestan? Volvió a preguntar.
-No cuestan nada...!!! Aquí todo es gratis...!!!

El hombre contempló el local y vio que habían jarros de amor, frascos de fe, paquetes de esperanza, cajitas de salvación, mucha sabiduría, fardos de perdón, paquetes grandes de paz y muchos otros dones.

El hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
-Por favor, quiero el mayor jarro de amor, todos los jarros de perdón y un frasco grande de fe, para mí, mis amigos y familia…

Entonces, el señor preparó todo y le entregó un pequeño paquetito que cabía en la palma de su mano.

Incrédulo, el hombre dijo:
-Pero, cómo puede estar aquí todo lo que pedí...???

Sonriendo, el señor le respondió:
-En el Local de Dios no vendemos frutos! Solo semillas...!!! Siémbralas...!!!

Dependiendo de tu siembra, será tu cosecha... 

*Acabo de sembrar las semillas; te toca a ti continuar la siembra.*
 

martes, 29 de abril de 2025

Los caminos del tiempo

Hay un silencio que llega con los años, y no es sólo la ausencia de ruido, sino una la suave transición entre lo que éramos y lo que nos hemos convertido.

A los 65 años, empiezas a sentir la sutileza del desapego. La sala que alguna vez palpitó con tus ideas ahora parece llena de voces que ya no piden tu opinión. 

No es un rechazo, es el ritmo de vida. Es entonces cuando aprendemos que nuestra contribución no está en el presente inmediato, sino en las huellas que dejamos en los corazones y las mentes a lo largo del camino, te das cuenta de que el mundo empresarial, que alguna vez fue tan vital, está en constante cambio. 

Él te sigue, indiferente a lo que hiciste o no hiciste. No es una derrota, es una liberación. Este es el momento de mirarte a ti mismo, despojarte de tu ego y revestirte de serenidad. Ya no se trata de demostrar, sino de enseñar, compartir, vivir. El verdadero logro no es lo que presumes, sino lo que inspiras.

A los 70 la sociedad parece olvidarte, pero Lo que ocurre es que llegaste a otro estado del ser. Quizás sea sólo una invitación a reevaluar lo que realmente importa. Los jóvenes no te reconocerán por lo que eras, y eso es una bendición disfrazada: ahora puedes ser quien eres. Sin máscaras, sin títulos, sólo la esencia. 

Los viejos amigos, aquellos que no preguntan “quién eras” sino “cómo estás”, se convierten en joyas preciosas, diamantes que brillan en el ocaso de la vida.

Y luego, a los 80 o 90 años, es la familia la que, en las prisas, se aleja un poco más. Pero ahí es donde la sabiduría nos abraza con fuerza. Entendemos que el amor no es posesión: es libertad. 

Tus hijos, tus nietos, siguen sus vidas, como tú seguiste la tuya. La distancia física no disminuye el afecto, pero enseña que el verdadero amor es generoso, no exigente.

Cuando la Tierra finalmente nos   llame, no hay motivo para temer. Es el último baile de un ciclo natural, el cierre de un capítulo escrito con sudor, lágrimas, risas y recuerdos. Pero lo que queda, lo que nunca será realmente eliminado, son las marcas que dejamos en las almas que tocamos.

Por eso, mientras haya aliento, energía, mientras el corazón lata constantemente, vivamos intensamente. 

Abraza los encuentros, ríe a carcajadas, disfruta de los placeres simples y complejos de la vida; simplemente, ama. Cultiva tus amistades como quien cuida un jardín. Porque, al final, lo que queda no son los logros, ni los títulos, ni los aplausos. Lo que queda son los vínculos, los momentos compartidos, la luz que difundimos.

Sé luz, sé presencia y tendrás eternidad.

José Luis Ricchetti. Escritor brasileño "Los caminos del tiempo"*

Dedicado a todos los que entienden que el tiempo no borra, solo transforma

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