Nuestra realidad

Dentro de nosotros mismos, en lo más intimo de nuestro ser, está el canal de comunicación que nos pone en contacto con la armonía del Universo. En la comunicación subjetiva está el hambre, la fuerza, el deseo de sentirnos hermanos de la creación. Sin esta realidad de SER, es imposible la toma de conciencia, con la consecuencia de saber Dios de balde y desde siempre , me pensó, me amó y me proyectó, yo, con su energía que es AMOR, debo de realizar actos de amor. El que ama está siempre en camino hacia el otro. Salir de mi yo, para ir al hacia el TU de Dios. Solo con esta actitud podré sentirme hermanado con todos sus hijos, mis hermanos, a los que Él igual que a mi pensó, amó y proyectó. Habiendo tomado conciencia de este hecho, puedo ir construyendo y formando parte de una Hermandad Universal y sentir la necesidad de un padre común, y no de un padre mío, sino de un PADRE NUESTRO , reconocemos que su existencia no es física sino espiritual, QUE ESTAS EN EL CIELO,. Y en esa hermandad con pleno derecho a llamarle PADRE , estaremos santificando su nombre , SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, Y con nuestra actitud de desear esa unión con todas sus criaturas sentiremos tal felicidad ,que desearemos la venida de su reino de amor, VENGA A NOSOTROS TU REINO. Actuando así pronto se completará su obra aquí en la tierra y en el cielo, uniendo mundo físico y espiritual, HAGASE TU VOLUNTAD EL LA TIERRA COMO EN EL CIELO. Podremos pedir ese alimento Energía-Amor al Padre. DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA, y si nos das ese Pan de Amor, per-donar, refuerza la acción de donar, que nos hará quedar vacíos, para que Él padre pueda PERDONAR NUESTRAS DEUDAS, cómo nosotros perdonamos a nuestros deudores, los que nos ofenden, y que cuide de nosotros para que NO CAIGAMOS EN LA TENTACIÓN de ser egoístas y ambiciosos, y de no querer compartir esos dones que hemos recibido. La REALIDAD no se regala. Se conquista. Vivir es realizar el proyecto de nuestro SER al servicio de los demás. El que no ama a su prójimo que ve, no puede amar a Dios al que no ve. Amo o me amo, sirvo o me sirvo. San Agustín lo dejó muy claro: “Ama y haz lo que quieras” Esa es nuestra responsabilidad. Ser conscientes primero de todo esto y luego consecuentes con nuestros actos.

¿Quien dijo que era fácil? Katy 1985