La Paz

Cuentan que existía un Rey que se había mandado hacer un palacio nuevo, con un gran dormitorio, se le ocurrió un día que en el mural que tenía justo frente a su cama él quería tener una pintura que emblematizara la paz. 

Porque esto es lo que él decía era su bien más preciado, más buscado.

Entonces quería cada noche mirar ese mural frente a su cama y recordar la importancia de la paz para él, para su familia, para su reino, para el mundo. 

Así que hizo venir a grandes pintores de todo el planeta, y a cada uno de ellos le pidió que hiciera un boceto que simbolizara la paz. 

A solas en su habitación finalmente el eligió el que más le gustó. 

Y no permitió que nadie viera el cuadro que decidido que pintaran, ni siquiera él se acercó a su habitación mientras el pintor realizaba su obra. 

Cuando el pintor terminó, el rey vió el mural y dijo: ¡maravilloso! es exactamente lo que yo quería. 

Hizo que le dieran al pintor el dinero pactado y un poco más por la obra realizada. 

Abrió las puertas de su dormitorio para mostrar a todos el mural. La gente que entró estaba sorprendida. 

El mural representaba; una cascada, una terrible cascada de agua cayendo de un risco con toda la violencia del mundo, una tormenta terrible aparecía a la izquierda y unos rayos se deslizaban haciendo arder un árbol a la derecha. 

La situación era caótica, dramática, el cuadro era realmente tenebroso. Nada parecido a la paz, pensaron todos. 

El rey estaba contentísimo. 

Finalmente, su mejor amigo, se acercó con la confianza que le daba ser su amigo le dijo: 

- Majestad querías un cuadro que te recordara la paz, y has aprobado este cuadro con una tormenta tenebrosa y caótica, no entiendo. 

Y entonces el rey le dijo:

- Ven, ven, acércate un poquito. 

-¿Ves la cascada que cae del risco? 

- Sí claro. 

- Mira ahí en la saliente, detrás de la cortina de agua. 

Entonces su amigo vió, un nido.

Un nido donde un pájaro alimentaba a sus polluelos, donde una madre cuidaba de sus hijos en medio de una serenidad asombrosa, a pesar de la tormenta. 

El rey le dijo, la paz es eso, para mí la paz no es un paisaje tibio y calmado donde nada suceda.

La paz es aquella serenidad que se encuentra dentro de la situación más caótica y a pesar de ella, la tranquilidad que podemos encontrar, mientras afuera la tormenta arrecie salvajemente.

Te deseo que escuentres la paz, pero no solo la paz donde no pasa nada.

La paz donde pasan muchas cosas y tú puedas estar sereno, centrado, encontrado contigo mismo, queriendo y cuidando de los tuyos y por supuesto dejándote querer.

Pidamos que la cordura y la sensatez vuelvan a todos los gobernantes