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La vida es corta para levantarnos por la mañana con tristezas, nadie dice que será fácil, sólo te puedo asegurar que valdrá la pena
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viernes, 14 de marzo de 2014
Muñecas rotas
Tengo ganas de escribir y escribo.
¿Muñecas rotas? No gracias.
Cuando en mi infancia contemplaba el mundo con ojos abiertos, recuerdo que no quería perderme nada de lo que ocurría a mi alrededor. Constantemente hacía preguntas a mis padres, buscaba respuestas (ahora sé que ellos tampoco las tenían) y trataba de abarcarlo todo a la vez y de hacerlo mío.
Era un mundo mágico, hermoso y mientras soñaba con ser mayor para poder disfrutar de las ventajas que por la edad no me eran permitidas, una enorme caja de sorpresas me aguardaba para que fuera desvelando poco a poco esos cuentos de hadas que me había montado en mi cabeza , con la seguridad de que todos se harían realidad algún día, incluidos el castillo y el príncipe. No cabía pena ni tristeza alguna en mis sueños.
Hoy he vuelto a coincidir con aquella chiquilla de ojos asombrados que miraba lo que había a su alrededor esperando algo agradable. Cerrando los ojos he pataleado, me he enfadado y he vuelto a ser insoportable. He tratado a menudo de olvidarme de ella, de esconderla, pero la realidad es bien distinta por nada del mundo quisiera yo perderla porque no quiero tener recuerdos de muñecas rotas.
Aquella chiquilla espontánea, de libros, estudios, juegos y fantasías aún vive, a pesar de que su dueña se haya hecho adulta y mayor. La vida le ha enseñado que solo debe mirar atrás lo justo, para tomar las cosas que le sirven, que son actuales y con las que puede seguir avanzando.
Aprendió muchas cosas que hubiera deseado ignorar, cosas de su entorno que que no le gustan nada y que a veces desearía gritar, pero que no puede hacerlo en nombre de esa serenidad y madurez que se supone que ha debido de alcanzar.
A veces le gustaría como cuando era niña ir corriendo al regazo de su madre a llorar, que ella le acariciase la cabeza y la consolara para creer de nuevo en los cuentos de hadas.
Pasan los años y de vez en cuando le digo a mi muñeca que debo de ser fuerte, tener valor, ser coherente, trabajar para ser mejor persona, pero que a ella no la cambiaría por nada. Es mi secreto . Se que debemos seguir caminado juntas aunque sea mi yo adulto el que deba dar la cara para que ella no se haga añicos.
Algunas veces me siento magnánima, llena de amor, de comprensión, de generosidad con el mundo entero y quisiera llenar los vacíos que la vida va dejando y mostrar mi muñeca a los demás.
¿Pero acaso no se han reído de ella, herido y hecho daño? Ha llorado tantas veces, se ha sentido triste, sola, sin palabras, impotente…
Me he acordado del puesto de muñecas antiguas en el Rastro, que con ojos de cristal, abandonadas de sus dueñas miran sin ver, mientras la vida sigue pasando a su lado.
Mi muñeca afortunadamente con parches y remiendos respira con sus valores intactos, como ha sido creada y me ayuda a salir a flote en los momentos duros que se cruzan en mi camino. Espero conservarla durante muchos años y que no se deteriore aún más.
Cuando veo las muñecas y muñecos de mis hijos siento estallar mi alma de gozo, ellas están alegres, llenas de ilusiones y proyectos. Aún presumen orgullosos y yo les digo muy a mi pesar que deben crecer, madurar hacerse fuertes porque es ley de vida. Pero de paso también les susurro al oído que hagan todo eso, pero que conserven sus muñecas en las mejores condiciones posibles sin permitir que se rompan nunca.
Sería tan hermoso que todos los hombres nos pudiésemos comunicar desde nuestras muñecas interiores. Seguro que nos entenderíamos mucho mejor.
(Katy 1984)
P.D. Ahora sigo pensando esto mismo cuando reflexiono sobre mis nietos, porque lo hago desde mi muñeca interior.
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La conservarás siempre y no se deteriorará porque está bien arropada en tu interior. Bonita reflexión.
ResponderEliminarUn beso Katy
Eso espero. Porque comunicarse con el mundo infantil desde el nuestro no es nada fácil. Si no te haces niño es casi imposible.
EliminarBss
Ya sabía yo que a pesar de tu esfuerzo por no mirar atrás, por dejar de lado lo pasado, por fijar tu mirada en el horizonte, hay en tu interior otro yo, tu muñeca, que de vez en cuando mira por el retrovisor de la vida. Cuídalo, te sale a flote y se ve muy hermoso.
ResponderEliminarUn beso Katy.
Puede Elena, sobre todo cuando estoy con los niños. Me pierdo con ellos y me siento una más. No son recuerdos entonces simplemente soy:-)
EliminarBss
Una buena reflexión, no debemos olvidar, aquella muñeca nos ha ayudado a ser lo que somos, mujeres estupendas capaces de repetir lo que hizo nuestra madre. Un abrazo, dos porque me lo he leído dos veces.
ResponderEliminarNo lo tengo muy claro, porque no siempre asoma. Es una parte de mi que sale cuando estoy con los chicos. Me ha pasado con mis hijos también. Es como si esa niña se despertara en momentos puntuales.
EliminarBss
Madame, no sé si habrá forma alguna de entendernos. El ser humano parece un caso desesperado. En cuanto a mis pobres muñecas, ¡ay!, recuerdo lo que les hacía a las pobres. Tal vez no merecía que me regalaran muñecas. Era Terminator.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
Bisous
Nunca he jugado a las muñecas madame, era un chicazo en toda regla. Canicas , trenes y subir a los árboles eran mis juegos. Me refiero que esa parte de niña sigue existiendo y se asoma de vez en cuando al contacto con los niños. Pero dura poquito:-)
EliminarBss
Gracias amiga por tu post, es muy interesante.Besosss
ResponderEliminarMuchas gracias Doris. Muy a¡gradable saber que sirve para algo.
EliminarBss
Katy.
ResponderEliminarbello relato que invita a reflexionar.
besos y un fuerte abrazo
Gracias Almalú. Me alegro mucho de tu visita. Bss
EliminarCuantas reflexiones y metáforas. Todas las palabras cuidadas. Lograste hacerme pensar y valorar lo que tengo y lo que atesoro.
ResponderEliminarUn beso, amiga.
Me alegra saber que mis palabras te hayan hecho reflexionar a ti que re¡eres muy dada al pensamiento y llena de sensibilidad. Muchas gracias Karin.
EliminarBss
Katy, me has dejado boquiabierto con tu escrito. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn nabrazo
Muchas gracias Antorelo. No sabes cuanto te lo agradezco.
EliminarUn abrazo y buena semana
IIntenso leerter!!!!!!!
ResponderEliminarCon cariño te deseo buenisimos momentos en el fin de semana!!!!
Gracias Abu, seguramente todos llevamos aquel niño o niña que fuimos en muy dentro.
EliminarBss y buena semana
Todos guardamos como un bello tesoro muchas cosas que nos recuerdan momentos vividos y que aunque quizás en su momentos nos rompieron, se arreglaron y ahora las volvemos a ver desde un mirada más tierna y feliz, pero guardando en nuestro interior toda aquella lección que nos enseñaron.
ResponderEliminarBesos
Seguro que si. Gracias a este tesoro podemos ser mejores en muchas ocasiones.
EliminarBss
Hay tantas cosas en las que no deberíamos caer... Gracias Mª Carmen. Bss
ResponderEliminarqué bonito texto. así como hernán cortés quemó sus naves para no volver, muchos 'rompen las muñecas interiores', para adaptarse al mundo 'normal'.
ResponderEliminaryo ni siquiera he sacado las muñecas de la caja, no le digo más.
saludos!
Haces muy bien Tolya, eso te mantiene puro sin contaminar. Me ha gustado el simbolismo de las naves.
EliminarUn abrazo y feliz semana
Mis muñecas "reales" las regalé a mis primas a regañadientes por consejo, más bien imperativo, de mi madre. Me dolió separme de ellas porque yo era mucho de jugar con las muñecas, aunque sospecho que no las trataba mucho mejor que madame ;)
ResponderEliminarMi muñeca interior ha sufrido algún desengaño, ha perdido un zapato... pero en general podemos decir que se conserva bastante bien y el pelo todavía le huele a regalo y a nuevo.
Me ha gustado mucho, katy. Un beso
Me recuerdas a mis nietas. ¡No se puede entrar en su habitación! Eso es lo que tiene nuestra muñeca interior, que al conservarla ella termina por olvidarse de los golpes cuando se relaciona con otras desde su yo. Difícil si pero no imposible. Gracias Alma.
EliminarBss
Maravilloso Katy, cuantas verdades,cuanto sentimiento y cuanta nostalgia siento,quisiera ser de nuevo niña en algunos ratitos.
ResponderEliminarUn beso
Cuanto me alegro que te haya evocado esos recuerdos que a veces pugnan por salir pero no dejamos que salgan. Al menos yo. Esos ratitos si que los encuentro cu¡ando me olvido de mi yo actual:-)
EliminarBs
Mi yo auténtico está plagado de esa niñez que todo lo pudo, que miraba con ojos soñadores el mundo que le rodeaba, que ansiaba, al contrario que tú, por seguir siendo niña siempre, jugando a su mundo interior. Y yo también conservo mis muñecas, rotas o no, porque era cuidadosa, en la parte alta del armario, junto con el Palé, el Monopoly, los peluches, las cocinitas y demás trastos de otro tiempo que sigue siendo el mío.
ResponderEliminarUn beso
Tuve que madurar mucho antes de que me gustase hacerlo, tuve que hacer frente a tantas cosas que me habría gustado eludir , pero gracias a ello he conservada intacto en mi interios a aquella niña que escondo a menudo pero que sale cuando menos lo espero. Es mi consejera cuando estoy ante una encrucida. Se ha hecho más sabia que no mayor:-)
EliminarGuárdala y cuídala, ya te acordarás de mi:-)
Bss