Los grandes hombres no suelen ser grandes personas y los grandes filósofos menos. Repasando cualquier libro de texto de filosofía nos encontraremos una galería de envidiosos, sádicos, vanidosos, mentirosos y mezquinos que en cambio, escribieron su nombre con tintas de oro en la historia del pensamiento occidental. Personalidades caóticas que paradójicamente ayudaron a quienes se acercaron a sus textos a ser un poco mejores o a conocer más a fondo al vecino. Nietzsche no era ninguna excepción.
Poco después de su muerte, su inseparable amigo Franz Overbeck (1837-1905), puso en limpio algunos de los episodios más reveladores de la vida del filósofo, tratando de combatir la visión tergiversada de los acontecimientos que según él, propagaba la hermana del pensador y sus discípulos.
La vida arrebatada de Friederich Nietzsche” sirve también como testimonio para derribar grandes mitos sobre el filósofo del bigote impenetrable. Nietzsche no solo sentía simpatía por judíos y eslavos, sino que a menudo bromeaba sobre su supuesto origen polaco y cultivó grandes amistades con judíos.
El estilo fragmentario impuesto por la propia naturaleza del texto (una colección de anotaciones de los diarios y escritos de Overbeck sin orden cronológico ni temático) ayuda a agilizar el texto e invita al sano placer del zapping literario, persiguiendo con búsquedas al azar un dato curioso o una anécdota llamativa del filósofo que murió después de Dios.
Por Ramón R Carrero
Poco después de su muerte, su inseparable amigo Franz Overbeck (1837-1905), puso en limpio algunos de los episodios más reveladores de la vida del filósofo, tratando de combatir la visión tergiversada de los acontecimientos que según él, propagaba la hermana del pensador y sus discípulos.
La vida arrebatada de Friederich Nietzsche” sirve también como testimonio para derribar grandes mitos sobre el filósofo del bigote impenetrable. Nietzsche no solo sentía simpatía por judíos y eslavos, sino que a menudo bromeaba sobre su supuesto origen polaco y cultivó grandes amistades con judíos.
El estilo fragmentario impuesto por la propia naturaleza del texto (una colección de anotaciones de los diarios y escritos de Overbeck sin orden cronológico ni temático) ayuda a agilizar el texto e invita al sano placer del zapping literario, persiguiendo con búsquedas al azar un dato curioso o una anécdota llamativa del filósofo que murió después de Dios.
Por Ramón R Carrero
Publicado Miércoles, 08-07-09 a las 12:09 en ABC.es
Leer más: http://www.abc.es/20090708/cultura-literatura/vida-arrebatada-friedrich-nietzsche-200907081049.html
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