Un hombre entró
en un local y vio a un señor en el mostrador.
Maravillado con la belleza del lugar, preguntó:
-Señor, qué se vende aquí...???
-Los dones de Dios. Le respondió el señor.
-Cuánto cuestan? Volvió a preguntar.
-No cuestan nada...!!! Aquí todo es gratis...!!!
El hombre contempló el local y vio que habían jarros de amor, frascos de fe,
paquetes de esperanza, cajitas de salvación, mucha sabiduría, fardos de perdón,
paquetes grandes de paz y muchos otros dones.
El hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
-Por favor, quiero el mayor jarro de amor, todos los jarros de perdón y un
frasco grande de fe, para mí, mis amigos y familia…
Entonces, el señor preparó todo y le entregó un pequeño paquetito que cabía en
la palma de su mano.
Incrédulo, el hombre dijo:
-Pero, cómo puede estar aquí todo lo que pedí...???
Sonriendo, el señor le respondió:
-En el Local de Dios no vendemos frutos! Solo semillas...!!!
Siémbralas...!!!
Dependiendo de tu siembra, será tu cosecha...
*Acabo de sembrar las semillas; te toca a ti continuar la siembra.*
Precioso, nos acostumbramos a que todo está fabricado, que siempre alguien lo hace para nosotros. Un abrazo
ResponderEliminar