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La vida es corta para levantarnos por la mañana con tristezas, nadie dice que será fácil, sólo te puedo asegurar que valdrá la pena
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viernes, 25 de julio de 2014
Un paseo Socrático
“SOLO ESTOY MIRANDO CUÁNTAS COSAS NO NECESITO PARA SER FELIZ”
Al viajar por Oriente, mantuve contacto con los monjes del Tibet, en Mongolia, Japón y China. Eran hombres serenos, solícitos, reflexivos y en paz con sus mantos de color azafrán.
El otro día, observaba el movimiento del aeropuerto de San Pablo: la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo que debían. Seguramente, ya habían desayunado en sus casas, pero como la compañía aérea ofrecía otro café, todos comían vorazmente.
Aquello me hizo reflexionar: "¿Cuál de los dos modelos produce felicidad?"
Me encontré con Daniela, de 10 años, en el ascensor, a las 9 de la mañana, y le pregunté:
-"¿No fuiste a la escuela?" Ella respondió:
-"No, voy por la tarde."
Comenté:
-"Qué bien, entonces por la mañana puedes jugar, dormir hasta más tarde."
-"No", respondió ella, "tengo tantas cosas por la mañana..."
"¿Qué cosas?", le pregunté.
-"Clases de inglés, de baile, de pintura, de natación", y comenzó a detallar su agenda de muchachita robotizada.
Me quedé pensando:
-"Qué pena que Daniela no tenga clases de meditación!"
Estamos formando súper-hombres y súper-mujeres, totalmente equipados pero emocionalmente infantiles.
Una ciudad progresista del interior de San Pablo tenía, en 1960, seis librerías y un gimnasio; hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías!
No tengo nada contra el mejoramiento del cuerpo, pero me preocupa la desproporción en relación al mejoramiento del espíritu.
Pienso que moriremos esbeltos:
-"¿Cómo estaba el difunto?"
-"Oh, una maravilla, no tenía nada de celulitis!"
Pero cómo queda la cuestión de lo subjetivo? De lo espiritual? Del amor?
Hoy, la palabra es "virtualidad". Todo es virtual. Encerrado en su habitación, en Brasilia, un hombre puede tener una amiga íntima en Tokio, sin ninguna preocupación por conocer a su vecino de al lado!
Todo es virtual. Somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtuales. Y somos también éticamente virtuales...
La palabra hoy es "entretenimiento"; el domingo, entonces, es el día nacional de la imbecilidad colectiva. Imbécil el conductor, imbécil quien va y se sienta en la platea, imbécil quien pierde la tarde delante de la pantalla.
Como la publicidad no logra vender felicidad, genera la ilusión de que la felicidad es el resultado de una suma de placeres:
-"Si toma esta gaseosa, si usa estas zapatillas, si luce esta camisa, si compra este auto, usted será feliz!"
El problema es que, en general, no se llega a ser feliz! Quienes ceden, desarrollan de tal forma el deseo, que terminan necesitando un analista. O de medicamentos. Quienes resisten, aumentan su neurosis.
El gran desafío es comenzar a ver cuán bueno es ser libre de todo ese condicionamiento globalizante, neoliberal, consumista. Así, se puede vivir mejor. Para una buena salud mental son indispensables tres requisitos: amistades, autoestima y ausencia de estrés.
Hay una lógica religiosa en el consumismo post-moderno.
En la Edad Media, las ciudades adquirían status construyendo una catedral; hoy, en Brasil, se construye un shopping-center.
Es curioso, la mayoría de los shopping-center tienen líneas arquitectónicas de catedrales estilizadas; a ellos no se puede ir de cualquier modo, es necesario vestir ropa de misa de domingo. Y allí dentro se siente una sensación paradisíaca: no hay mendigos, ni chicos de la calle, ni suciedad...
Se entra en esos claustros al son gregoriano post-moderno, aquella musiquita de esperar al dentista.
Se observan varios nichos, todas esas capillas con venerables objetos de consumo, acolitados por bellas sacerdotisas. Quienes pueden comprar al contado, se sienten en el reino de los cielos.
Si debe pagar con cheque post-datado o a crédito se siente en el purgatorio. Pero si no puede comprar, ciertamente se va a sentir en el infierno...
Felizmente, terminan todos en una eucaristía post-moderna, hermanados en una misma mesa, con el mismo jugo y la misma hamburguesa de Mac Donald...
Acostumbro decirles a los empleados que se me acercan en las puertas de los negocios:
-"Sólo estoy haciendo un paseo socrático".
Delante de sus miradas espantadas, explico:
-"Sócrates, filósofo griego, también gustaba descansar su cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando vendedores como ustedes lo asediaban, les respondía: ....
- "Sólo estoy observando cuántas cosas existen que yo no necesito para ser feliz"
Frei Betto
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Muchas veces con tanto viaje e cosas por hacer nos perdemos las cosas importantes de la vida, el contacto con lo que nos rodea y la esencia verdadera de la vida.
ResponderEliminarBesos
Yo más bien pienso que se refiere al "acumular" y atesorar objetos que no nos hacen falta. Porque lo único que nos enriquece es el adquirir experiencia y aprender tesoros que no nos puede arrebatar nadie.
EliminarBss
No somos más felices por tener más, se trata de saborear cada instante de esta vida sin más pretensión que eso, vivir.
ResponderEliminarUn beso y feliz fin de semana Katy.
Muchas gracias Leti, creo que centrarnos en el tener y el poseer nos aporta muy poco como personas. Vivir como dices que es no es poco.
EliminarBss
Pero aunque hoy y después de tan estupenda entrada, piense que no necesito nada, seguro que mañana volveré a comprar algo que no necesito para ser feliz. Un abrazo grande
ResponderEliminarEl consumismo está ahí y cada cual que haga lo que le plazca. Hacemos tantas cosas en el largo camino de la vida a pesar de que nos hacen daño. Si el comprar un objeto nos hace feliz genial. Creo que los extremos se tocan. Yo he coleccionado llaveros desde que tengo 9 años y no he comprado ni uno de los 2.000 que tengo. Me los han regalado:-)
EliminarDesde hace 5 años los metí en cajas y las bajé al trastero. No quiero ni uno más. Pero fui feliz con cada uno, no por el hecho de poseer ni acumular sino porque había mucho cariño depositado de parte de quienes me lo han regalado. Alguno de mis nietos lo heredará.
Bss
Me encanta, como siempre; me lo llevo a facebook.
ResponderEliminarMuchas gracias, Katty
Muchas gracias.El pensar no ocupa lugar.
EliminarBss
Qué buen artículo. Quizá sea verdad que vivimos una mentira en la que sólo se es feliz acumulando cosas que no nos hacen falta ni siquiera para serlo pero no lo sabemos.
ResponderEliminarUn beso Katy.
Está muy bien escrito y recoge el sentir general a medida que nos damos cuenta que para que tantas cosas inútiles. Hay muchos compradores compulsivos y son felices mientras lo compran y luego ya ni caso.
EliminarEs bueno reflexionar aunque volvamos a caer, pero caeremos menos.
Bss
Las cosas no son buenas o malas, todo depende del uso que le demos. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Nunca pensé que llegaría a extrañar poder encontrar lo que buscas y poder elegir entre la variedad de marcas, modelos y precios. Bendito mercado! hola Katy : ), un beso, es Luxcolor, tu amiga de Venezuela.
ResponderEliminarHola amiga, una cosa es la necesidad y otra el llenarte de objetos inútiles. Comprendo como te sientes y entiendo mejor que nadie la situación. Yo sobreviví a una guerra, y pasé mucha necesidad y esos es desesperante más cuando sabes que existe y que lo has tenido. Gracias por tu comentario. Y mi deseo es que ese querido país tan cercano ami infancia y a mi corazón recupere su pasado feliz.
EliminarBss
Muy buenas reflexiones Katy, cuantas personas sacrifican momentos felices para obtener objetos que les alejan de la felicidad
ResponderEliminarBesos