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lunes, 20 de febrero de 2012

El negro (Rosa Montero)


No tuve la suerte de leerlo en su día. Hoy me lo han enviado via e-mail, y se lo agradezco a mi amiga que me lo manda desde el Canadá nada menos.
Lo comparto por si alguién no lo ha leído, creo que nos enseña bastante de lo torpes que podemos ser a veces aún cuando creemos que estamos siendo generosos.


La prestigiosa escritora española Rosa Montero publicó en su columna una anécdota refrescante y conmovedora sobre la convivencia entre extranjeros y los nacionales de un país. El artículo titulado 'El negro' ha causado gran conmoción entre la población inmigrante de España.
Jueves 12 Enero 2012
Una historia de apenas tres párrafos se convirtió en el artículo más leído del periódico el País de España, en su página de internet. Son líneas conmovedoras sobre la inmigración, uno de los temas más delicados y que mayor preocupación genera entre los ciudadanos europeos. La anécdota que cuenta Rosa Montero es uno de los temas más comentados en redes sociales y considerada por el escritor brasilero Paulo Coelho como lectura obligada. Este es el mensaje:

‘El negro’
Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja.
De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa.
A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta.
Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".

15 comentarios:

  1. Madame, qué curioso, a mí me habían enviado por correo una historia prácticamente calcada, pero creo recordar que transcurría en un tren en lugar de en el comedor de una universidad. Por lo demás es idéntica. Pero lo más curioso de todo es que la que yo conocía es del año pasado. Tengo que buscarla, a ver si aún la conservo.

    Feliz comienzo de semana

    Bisous

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  2. Pues si que es sorprendente madame, porque Rosa Montero es una periodista muy conocida. Igual no es de ella y se le atribuye para dar más veracidad a la historia. El caso es que la fecha es reciente, de hace un mes.
    Bisous y feliz semana

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  3. Lo leí en su momento en "el país" y me sorprendió la conclusión de esta historia, porque en el fondo los europeos nos consideramos superiores y hay un punto de xenofobia en muchas actitudes, aunque como suele estar mal visto le damos un barniz que no consigue ocultar nuestro rechazo a lo extranjero, si este es pobre y además negro.
    Un saludo.

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  4. Hola Valverde dices toda la verdad. Hace muchos años yo sufrí esto en mis carnes propias y hablaba el idioma y soy europea, sin embargo tela hasta que me aceptaron y todavía...
    Estudíé tres años en Trinidad y mis compañeras de clase eran negritas, y no sabes el cariño y la acogida me dieron. Jamás olvidaré esa etapa de mi vida como una de las más felices.
    Un abrazo y feliz semana

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  5. Me encanta Rosa Montero. Me gustó, sobre todo, La hija del caníbal. La anécdota es tremenda. Así somos.
    Un bso, Katy

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  6. Me hubiera gustado estar allí y comprobar la cara de boba que se le quedaría a la chica. ¡Qué cosas!

    No habrá integración total si no damos normalidad a cada situación.

    Besos Katy.

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  7. Lo leí en el País, la verdad es que me gusta leer los artículos de Rosa, suelen ser muy humanos, además tengo el placer de conocerla y es un encanto.

    Besitos

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  8. Hola Alma ya lo creo. A veces no tenemos ninguna sensibilidad.
    Bss y feliz semana

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  9. Seguro que se quedaría más cortada que una mona. Ella no actuó mal, la compasión es una virtud, pero para con todos y no venía al caso. El estaba en un lugar dónde estaba ella y no venía a cuento adoptar esta actititud de superioridad solo porque el tenía otro color. Espero que haya aprendido la lección.
    Bss

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  10. Hola Elysa que suerte conecerla personalmente. A mi me encantan sus artículos también. Tiene además mucha sensibilidad.
    Bss y feliz semana

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  11. Qué bueno, Katy!!Qué bueno!
    He visto muchas veces episodios de repudio en la escuela hacia adolescentes de tez bronceada.
    El rechazo por el color de piel es uno de los que más daño hacen.
    Lo veo con frecuencia.
    Habría que difundir este artículo para convencer a los que no lo tienen claro que "todos tenemos el mismo valor humano".
    Pera frenar la descalificación y la exclusión que no conducen a nada.
    Me gusta Rosa Montero.
    Besos .

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  12. leí esta historia en El País. durante muchos días fue de lo más leído en el diario. no soy muy de Rosa Montero, pero el relato es muy revelador de cómo estereotipamos al 'incivilizado', queramos 'salvarlo' o 'castigarlo'.
    el cine español es... como los españoles. peor cuanto menos se nos parece. y mejor cuanto más se aleja de nosotros. incomprensible, en fin.
    saludos!

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  13. Así es Carmela es de un estúpido sentirse por encima de nadie y menos por el color de la piel. Todos somos somos persdonas y esto se demuestra precisamente reconociéndonos en el otro, sea de dónde sea y tenga el color que tenga. Y creo que Rosa Montero se hga explicado muy bien.
    Bss

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  14. Gracias Tolya por tu visita y tu comentario con el que estoy totalmente de acuerdo. Las personas son eso PERSONAS todas con mayúsculas y este comportamiento demuestra todo lo contrario. Nadie debe de estar por encima de nadie.
    Un abrazo

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  15. Amiga Katy, creo que tu nombre,es el nombre más bonito del mundo; no me importan otras opiniones.
    Blanco y negro; negro y blanco; ¿donde está la diferencia?
    por la noche todo es negro aunque sea un blanco quien trate de mirar.
    la sangre de blancos y negros o de negros y blancos siempre es roja incluso a veces es compatible.
    Cuando el Sol calienta lo hace a todos por igual, entonces, como hijos del mismo SOL, seamos todos café con leche, ni blancos ni negros. CORTADITOS.
    Un abrazo. Jecego.

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Gracias por tu pasos y mucho agradezco que dejes tu huella,

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