"La Navidad forma parte de esa niñez que conservamos en nuestro corazón, y que renovamos cada año aunque sea en secreto” Katy
Este cuento me ha llegado a tavés de Facebook. Un amigo me lo ha enviado y me ha gustado en lineas generales y lo comparto. Al menos hace reflexionar por lo espontáneo sobre las celebraciones de estos días.
Cuento de Navidad
La ciudad ya está engalanada. Lleva así ya varios días, las luces estallando en color con su rutinaria tarea. Ahora me enciendo, ahora me apago.
Los comercios han vuelto a pintar sus escaparates con nieve artificial, dibujando abetos, bolitas de colores, Papá Noeles, cartelitos de “Felices Fiestas” en inglés y han colocado por doquier guirnaldas de vivos colores. A ver si así, alguien les elije a ellos y no al Corte Inglés para comprar sus regalos.
Por las calles hay ya tíos disfrazados del tipo ese gordo y colorado, que no sé, la verdad, cómo es capaz de bajar por las chimeneas. Todos actúan igual, venden ilusión a los niños con cara de pocos amigos, parece que están esperando que alguien se ría de ellos para poder lanzarse sobre su cuello a mordiscos, las barbas torcidas, el gorro mal puesto, ninguno dice “JO,JO, JÓ…” cuando casi te arrojan el folleto de propaganda que te dan.
Dentro de ti piensas: ¿Un Papá Noel de Bolivia?, ¡Qué raro!, pero te callas, claro, no vaya a ser que alguien te oiga y te acuse de facha, de racista y de cabrón…
Se escuchan villancicos salir desde la fachada de un centro comercial. Chirriquitín, dice.
¿A quién se referirá?, ¿Quién será el chirriquitín? A cualquiera que le preguntes, te dirá que es del hijo de La Esteban. ¿Niño Jesús?.... ¿Quién coño es ese?...
Al entrar todo rezuma ese buen rollo artificial que durante estos días hay por todas partes. Esa falsa amabilidad, ese falso preocuparnos por los demás. Hasta las dependientas se tornan amables estos días. Normalmente son inquisidores que te persiguen mientras miras algo: ¿Puedo ayudarle?...Y por mucho que digas, No gracias, ellas siguen detrás, impertérritas, mirando cada prenda que tocas, siguiéndote por los pasillos, con cara de reprobación.
Ahora también, ojo, acicateadas por las comisiones, que su jefe, el mismo que les mira el culo con descaro, les ha ofrecido esta campaña navideña. Pero ahora lo hacen sonrientes y amables. Feliz Navidad, te dicen. Pobreticas, a fin de cuentas están buscándose la vida, aguantando doce horas diarias la estupidez y la mala educación de la gente. No me extraña que no sonrían.
Amable explicas que no, gracias, que no quieres nada de Hermenegildo Zegna ni esos zapatos tan bonitos…Ni siquiera los pañuelos tan modernos, tipo Intifada, que tan de moda están ahora.
Otro pensamiento te inunda, pero también te lo callas, te lo guardas:
- No sabéis lo poco que os falta para usar, todas, pañuelos…Por cojones…
Y sigues tu camino, mirando a la gente que discute entre sí por los pasillos, que mira y remira los artículos, que pasan por tu lado y ni miran, o los que miran lo hacen con arrogancia y desprecio. Pocas personas se miran con amabilidad y respeto, contados con los dedos se han saludado con educación.
En los pasillos los atascos de carritos son espectaculares y sana lección del mundo que vivimos son, como diría el Maestro Yoda. Todos atascados, los carritos enredados y nadie cede, todos empujan, todos quieren ser los primeros, todos quieren pasar delante, todos se miran con odio.
Mientras los miro, me pregunto: ¿Dónde quedaron el pase usted primero, el disculpe, el perdone, el qué amable es usted…?
Alguien en medio del atasco dice por fin, más vencido que convencido, que son fiestas y que parecen críos. Mano de Santo, el atasco se disgrega en segundos, los guías de los carritos la cabeza gacha, avergonzados. Y el pasillo de los turrones, queda expedito de nuevo.
No. Aparece ahora una de esas máquinas limpiadoras con un operario que escucha el MP3 ajeno a todo. Ciego y sordo jinete, que si no te andas con mil ojos, te arrolla. A ti o a los niños que miran embelesados La Play3 y que se han escapado de las manos de su madre.
Te imaginas a ti mismo haciéndole una verónica al maldito trasto, mientras pasa a escasos centímetros de tus pies.
Detrás aparece su aliado y compañero. El Reponedor. Con la paleta eléctrica hasta arriba de cajas de mantecados. Éste sí te golpea sin contemplaciones si te agarra.
Es el amo, el Rey. Sin él, nada funcionaria. Es Dios. Hasta los clientes, que en última instancia, le dan de comer, deben apartarse de su camino.
Un abuelote, abandonado por su familia, no es lo suficientemente rápido.
¡CROCK!... ¡AY!...Y el del carrito, se aleja imperturbable, no ha dicho, ni media palabra.
A tu alrededor sigue el murmullo de cientos de voces, el parpadeo de las luces, el golpeteo continuo de publicidad y humo. Suena por el hilo musical otro villancico, el enésimo. Ahora los peces y el río:
-La Virgen se está peinando, entre cortina y cortina….
Y entonces miras hacia el Belén. Anacrónico, en un rincón. Conjunto de piezas que ya nadie mira. Ni siquiera al cagón bajo el puente buscamos ya. Abandonados por los que fueron sus más fieles, sus más leales.
Entonces veo asombrado. ¡No me lo puedo creer! Me restriego los ojos y vuelvo a mirar. Sí allí están. O no están, según se mire. No están ni San José, ni María ni el Niño…Tampoco está el mulo.
A través de las cristaleras, adornadas con estrellas fugaces, veo cómo se aleja cabizbajo, entre la multitud, un hombre tirando de un mulo viejo sobre el que va montada una mujer con un niño en brazos.
Nadie les hace el menor caso. Todos miran reprobadores las boñigas humeantes que el mulo va dejando tras de sí.
Otro pensamiento llega, esta vez a mi corazón, como una daga:
- Nos dejan lo que nos merecemos…
Antonio Villegas Glez. (Facebook: Héroes Olvidados)
Me pregunto también ¿Que celebramos?
Si no lo sabemos no me extraña todo este sinsentido. Para algunos depresión, tristeza, soledad, aburrimiento. Consumismo puro, derroche de algunos y angustia para otros...
Supongo, madame, que podemos elegir casi todo, aunque no siempre.
ResponderEliminarTratemos de cocinar el mejor plato con los ingredientes de que disponemos. No saldrá tan mal.
Feliz semana
Bisous
Esto que te digo no es cuento: me he acordado mucho de ti, y de María, durante estos días en los que eché en falta tu presencia. ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarEso es lo dificil Madame, hay ciertos ingredientes básicos que no se pueden cambiar. Forman parte de una tradición de hace 2000 años. Y al mezclar unos con otros a veces las cosas salen bien otras no tanto.
ResponderEliminarCierto que cada uno es libre de guisar lo que le apetece, pero mientras no moleste con malos olores al prójimo. Bueno pero esto guisar pertenece a otro blog.
Bisous y que aprovecehe es lo que hace falta.
Hola Francisco, gracias:-)
ResponderEliminarSon días de mucho ajetreo, niños amigos, familia y hay que repartirse. Dentro de unos días me voy fuera con una de mis familias políticas y parte de la natural. Ya vendrá la rutina de nuevo y no tardando. Ahora hay que disfrutar y compartir el tiempo y las sonrisas.
Bss
No puedo evitar darle algo de razón, el consumismo está ahí, las aglomeraciones también, pero creo que muchos creyentes o no saben obtener lo mejor de estas fechas, a veces tan solo es le hecho de abrazar a alguien que hace tiempo no ves, por eso solo ya merecen la pena.
ResponderEliminarBesitos
Me temo que la educación es algo que se deja querrer. Los empujones, la mala cara, las ganas de vender. el consumismo, lejos de sacar lo mejor que tenemos hace el efecto contrario.
ResponderEliminarLo que menos se ve son los abrazos y el cariño.
Bss Elysa
Bueno eso es lo normal en una sociedad mayorirariamente descreída: materialismo, consumismo, hedonismo, egoísmo. Cada uno encara estas celebraciones con distinto espíritu, pero en cualquier caso sí que se aprecia un mejor ambiente que aunque poco convincente y corto en el tiempo, siempre es mejor que estar mostrándonos los dientes, y no para reir precisamente. Un abrazo Katy.
ResponderEliminarGracias Dlt, con lo fácil que es dedicar una sonrisa siempre. Pero los humanos somos el espítitu de la contradicción. Que le vamos a hacer, se nos llena la boca de buenos deseos pero como dices por poco tiempo, luego la rutina se encarga de lo demás.
ResponderEliminarBss
Cierto es que cada año que pasa esta fiesta eminentemente religiosa se va haciendo mas y mas pagana, terminando siendo una fiesta al consumismo desacerbado.
ResponderEliminarEl espiritu de amor al prójimo, el nacimiento de Dios, la hermandad etc, se cambian por el afán de tener mas, y sobre todo mas que los otros.
Un beso y felices Fiestas de Navidad.
Hola José Manuel, la Navidad desde luego nació con este sentido. Hoy no celebramos más que el comer y comprar. Quedan los buenos deseos, las reuniones familiares pero el ambiente que se respira es diferente a los deseos de felicidad. Conozco muchas personas que se deprimen, se cansan, se aburren, otras consumen y comen lo indecible y es cierto que muchos también se preocupan por los demás. De estos últimos afortunadamente tengo un hermoso ramillete.
ResponderEliminarBss
Me gusta el cuento, Katy, es divertido, irónico y además está muy, pero que muy bien escrito, pero me disgusta la moraleja.
ResponderEliminarCelebramos lo que nos apetece, no necesariamente el nacimiento del Dios de los cristianos, que parece ser lo que el cuento censura. En mi opinión los cristianos censores que se apropiaron de la antiquísima costumbre de la celebración de la victoria del sol para hacerla coincidir con el nacimiento de Cristo tienen mucho morro y lo demuestran a diario, con comentarios como ese:"No sabéis lo poco que os falta para usar, todas, pañuelos…Por cojones…" como si el que uno abandonase la fe cristiana lo abocase a vivir bajo el feroz regimen talibán...por cojones. No, gracias. Mis padres fueron a misa el día de Navidad y se llevaron a los nietos. Nosotros no porque no creemos en dioses, pero tampoco nos oponemos a que los abuelos lleven a los niños donde quieran. No tener dios no me convierte en una desalmada, ni a mí, ni a otros y, por cierto, en el super de mi barrio, que es el que conozco más, los que más empujan, los más bordes y los peor educados siempre llevan los crucifijos más grandes colgando del cuello. Será coincidencia, no digo que no. Pero yo me he fijado.
Un abrazo enorme, Katy y muy feliz año Nuevo
Un cuento para reflexionar, porque en este mundo materialista no vemos más allá de la rutina y de nuestros intereses. A veces, yo diría las más de las veces, dejamos de captar lo importante y ese tren pasa sin que podamos tomarlo de nuevo. Lo hermoso reside en las cosas más sencillas.
ResponderEliminarUn beso y Feliz Año
Hola Alma, muchas gracias por tu comentario y sinceridad.
ResponderEliminarNo me ha parecido un artículo en contra de los no creyentes sino todo lo contario. No tiene mucho sentido celebrar como colectivo algo en lo que no se cree porque es contraproducente. La mayoría de los españoles han dejado de creer hace tiempo y toda esta parafernalia que se monta desde las instituciones carece de sentido. “Consuma y regale porque es Navidad”
Mi opinión personal compartida por muchos es que deberían quitar del calendario todas las fiestas religiosas (Vírgenes, Patronos y Semana Santa) y que fueran días laborables normales. Y a los creyentes nadie les quitaría el derecho de poder seguir celebrando su fe con la sencillez de los primeros cristianos.
Bss y un buen año para ti y los tu familia.
Hola Carmen, si es que todos nos preguntamos por el sentido de estas fiestas. Si no tienen un contenido ni religioso ni pagano ya me contarás para qué. Todo lo ciframos en tener y comprar. Hay mucha gente que lo está pasando mal. Cáritas ya no puede con la cantidad de personas que tiene que atender. Y los que que trabajan por mejorar la condición de vida de otros para nada necesitan de luces y bombillas. Lo hermoso siempre ha residido en la sencillez, tiene toda la razón.
ResponderEliminarBss Cármen y felicidades para el año que entra.
Celebrar celebrar por celebrar... sin haber celebrado alguna vez... mal asunto. Lo que me gusta de las Navidades es volver a casa... y ya ni eso, vamos que no me gustan las fiestas pero sí no tener que trabajar, total, para 4 navidades que vamos a vivir!!! Ea, me voy a buscar al cagón que se me ha vuelto a perder!! Felices fiestas!!
ResponderEliminar¡Venga, que ya le encontré...!!! ;-) Bss
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