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La vida es corta para levantarnos por la mañana con tristezas, nadie dice que será fácil, sólo te puedo asegurar que valdrá la pena

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viernes, 29 de octubre de 2010

Pato o águila, tu decides


Rodrigo estaba haciendo fila para poder ir al aeropuerto. Cuando un taxista se acercó, lo primero que notó fue que el taxi estaba limpio y brillante. El chofer bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros muy bien planchados, el taxista salió del auto dió la vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi.
Le alcanzó un cartón plastificado y le dijo:
-"Yo soy Willy, su chofer. Mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión".
Después de sentarse, Rodrigo leyó la tarjeta: Misión de Willy:
“Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera mas rápida, segura y económica posible brindándole un ambiente amigable”.
Rodrigo quedó impactado. Especialmente cuando se dió cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior, limpio sin una mancha.
Mientras se acomodaba detrás del volante Willy le preguntó:
-¿“Le apetece tomar un café? Tengo unos termos con café regular y descafeinado”.
Rodrigo bromeando contestó:
-“No, preferiría un refresco”.
Willy sonrío y dijo:
-“No hay problema tengo un hielera con refresco de Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja”.
Casi tartamudeando Rodrigo dijo:
-“Tomaré la Cola dietética”.
Pasándole su bebida, Willy le dijo:
-“Si desea usted algo para leer, tengo el Reforma, Esto, Novedades y Selecciones".
Al comenzar el viaje, Willy le pasó a Rodrigo otro cartón plastificado que decía:
-“Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de canciones que tocan, si quiere escuchar la radio”.
Y como si esto no fuera demasiado, Willy le dijo que tenía el aire acondicionado encendido y preguntó si la temperatura estaba bien para él. Luego le avisó cual sería la mejor ruta a su destino a esta hora del día. También le hizo conocer que estaría contento de conversar con él o, si prefería lo dejaría solo en sus meditaciones.
-“Dime Willy", le preguntó asombrado Rodrigo,
-"siempre has atendido a tus clientes así?”
Willy sonrió a través del espejo retrovisor.
-“No, no siempre. De hecho solamente los dos últimos años. Mis primeros cinco años manejando los gasté la mayor parte del tiempo quejándome igual que el resto de los taxistas. Un día escuché en la radio acerca del Dr. Dyer un “Gurú” del desarrollo personal. El acababa de escribir un libro llamado “Tú lo obtendrás cuando creas en ello”.
Dyer decía que si tú te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás, muy rara vez no se te cumplirá.
El decía: "Deja de quejarte. Se diferente de tu competencia. No seas un pato, se un águila.
Los patos solo hacen ruido y se quejan, las águilas se elevan por encima del grupo”.
-“Esto me llegó aquí, en medio de los ojos”, dijo Willy. “Dyer estaba realmente hablando de mi. Yo estaba todo el tiempo haciendo ruido y quejándome, entonces decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Miré alrededor a los otros taxis y sus choferes, los taxis estaban sucios, los choferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos.
Entonces decidí hacer algunos cambios. Uno a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios”.
-“Se nota que los cambios te han pagado”, le dijo Rodrigo.
-“Si, seguro que si”, le dijo Willy. “Mi primer año de águila dupliqué mis ingresos con respecto al año anterior. Este año posiblemente lo cuadruplique. Usted tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Normalmente ya no estoy en la parada de taxis. Mis clientes hacen sus reservas a través de mi móvil o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no puedo servirles consigo un amigo taxista águila confiable para que haga el servicio”.
Willy era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal. Posiblemente haya contado esta historia a más de cincuenta taxistas, y solamente dos tomaron la idea y la desarrollaron. Cuando voy a sus ciudades, los llamo a ellos. El resto de los taxistas hacen ruido como los patos y me cuentan todas las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les sugerí.
Willy el taxista, tomó una alternativa diferente:
El decidió dejar de hacer ruido y quejarse como los patos y volar por encima del grupo como las águilas.
No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, si eres maestro, un servidor público, político, ejecutivo, empleado o profesional,
¿Cómo te comportas? ¿Te dedicas a hacer ruido y a quejarte? ¿Te estás elevando por encima de los otros?
Recuerda: ES TU DECISION Y CADA VEZ TIENES MENOS TIEMPO PARA TOMARLA

El doctor Wayne W. Dyer (nacido el 10 de mayo de 1940 en Detroit, Míchigan) es un escritor estadounidense de libros de autoayuda. ...

Feliz finde

8 comentarios:

  1. Ese taxista ademas de un aguila es un lince, madame. Un chico muy listo. Esta bien eso de tener iniciativas, salgan o no salgan bien al final. Lo que es seguro es que si no se intenta es muy dificil que las cosas vengan solas.

    Buenas noches

    Bisous

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  2. Jajaja Madame, tenia bien amueblada la cabeza. No hay nada como hacer bien nuestro trabajo. Lleva el mismo tiempo.
    Bisous

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  3. Me ha llegado muy a fondo la historia no la conocia, me ha interesado enormemente.

    Gracias por la información y la historia.

    Un abrazo y un gran fin de semana!

    Andrés Z.

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  4. Hola Andrés, nosotros decidimos crecer, y dar lo mejor de nosotros mismos independientemente de si nos va ir mejor económicamente, que nos irá seguro. Pero para mi es un valor añadido.
    El premio está en el hecho de hacerlo.
    Un abrazo y me alegro que te haya gustado. A mi tabién:)

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  5. A veces me porto como un pato, pero a veces vuelo tan alto que ni me ven los de ahí abajo. Qué le vamos a hacer, una tiene "pa to".

    Un besote.

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  6. Ademas de verdad que tu tienes "patoooo".
    Lo importante es volar, aunque a veces estemos tan a ras del suelo que sintamos esa impotencia de poder remontar. Pero si insistimos, terminaremos volando de nuevo.
    Un beso y buen finde

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  7. ¡Qué buena reflexión y qué buen ejemplo! El gremio de los taxistas siempre es visto de la misma forma: personas con mucho trabajo encima y por ello algo ariscos. Dedicados a hacer carreras durante horas y horas es normal que estén ofuscados. Pero, en realidad, la maypor parte de nosotros siempre gruñimos, aunque las condiciones siempre sean mucho mejores que las de otros. La diferencia está en la forma de pensar, en lo positivo de la vida, en ser amable con los demás. Si es que al final estar enfadado es simepre peor que una sonrisa...

    Besos

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  8. Hola Carmen, que buena reflexión la tuya amiga, Todos podemos hacer las cosas mejor de lo que las hacemos. Y hacerlas de mojor gana también. Pero lo de gruñir no se nos da nada mal. Y también hay que ponerse en la piel de los taxistas, horas y horas en atascos,con clientes exigentes, jugandose la vida. Vamos que no lo tienen fácil.
    Pero alguién tiene que romper ese círculo de las malas caras, las quejas y los enfados. Como dice e¡se consigue más con una sonrisa que con una mala cara.
    Besos y buen finde

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Gracias por tu pasos y mucho agradezco que dejes tu huella,

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