Ser positivo

Esta reflexión surge a raíz de una tertulia con unos amigos en una sobremesa en dónde después de unos vinitos termina uno abriendo el corazón.
Salen a colación los e-mails que proliferan con bellos mensajes y en dónde todos somos buenos o debemos de intentarlo al menos, y la infinidad de cursos tratando de cambiar tu forma de ser, vendedores de un estado de felicidad más bien ficticia, que no se apoyan en una base real.

En nuestro intercambio de ideas con estos amigos coincidimos en que no se puede ser positivo por encima de todo, ni mantener este estado mental constantemente en todos los ámbitos. Una cosa es decir y otra hacer.
Comenté que me siento a veces peor de lo que soy y perdida entre tanto buenismo, en dónde si expreso una idea espontáneamente se me tacha de negativa. Por ejemplo:

“Ya no aguanto más este polvo que me entra a consecuencia de las obras, estoy harta” Tendría que decir que a pesar del polvo de las obras soy capaz de relajarme y estar contenta porque tengo manos para limpiarlo. Y a eso se le llama ser positivo.
No os suena este slogan o mensaje que más o menos dice así:
“Nos proponemos cambiar tu forma de pensar. Convencerte día a día para que adoptes una actitud positiva ante la vida. Trataremos de convencerte de las ventajas y beneficios de ser positivo y pensar en positivo.”
Confieso no sin rubor que a veces se convierte en un trabajo duro y a la par fatigoso el intentar pensar en positivo todo el día tratando constantemente de cambiar mis pensamientos en cuanto se cuela algo negativo por las ventanas del alma. A veces quiero estar a solas con esos pensamientos, que aunque no correspondan a la felicidad absoluta si son reales, son míos, son mis experiencias, duelen y los acepto y estoy muy a gusto con ellos.
El ser positivo es una opción, más que una realidad es cierto, pero tampoco puedes llevarlo a rajatabla como si estuvieses programado como un robot fruto de una operación matemática.
“Sonríe serás más feliz” No es lo mismo que decir que los humanos somos buscadores de la felicidad.
La cuestión no es esta. ¿Cómo te tomas las cosas menos buenas que te acontecen día a día? Cada cual le dará una importancia relativa a los acontecimientos cotidianos. El no tener una barra de pan puede ser para unos una tragedia y para otros una tontería, porque todo depende del hambre que se tenga. O sea lo positivo no es ver una realidad negativa como buena, sino el como te tomas las cosas pero yo lo matizaría aún más las cosas menos importantes y no las que tienen vital importancia.
Dile tú a un padre de familia en paro que sea positivo. Lo intentará pero pasado un par de meses estará desesperado, porque las circunstancias le sobrepasan.

El ser tan positivos incluso puede llegar a ser paralizante por impedirnos actuar.
Las más bellas creaciones literarias se escribieron en situaciones verdaderamente difíciles y dramáticas. Las mejores virtudes del humano, como la solidaridad, amistad, compromiso afloran en estos momentos de reconocernos necesitados, eso si teniendo como horizonte la ESPERANZA que nos ayuda a descubrir de que somos capaces de cambiarnos a nosotros mismos primero y luego tal vez algo de lo que nos rodea.

Entiendo que ser positivo es dominar el arte de no amargarte la vida con las cosas que puedes cambiar, y las que no asumirlas sin más con buen talante para sobre todo no ser una carga mental para los que te rodean, entiendase por ello una visión victimista de nuestra propia realidad porque somos incapaces de asumirla.
Katy

Agosto 2009-08-08