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La vida es corta para levantarnos por la mañana con tristezas, nadie dice que será fácil, sólo te puedo asegurar que valdrá la pena
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jueves, 8 de diciembre de 2011
Cómo responder a la ofensa
”Nadie puede ofendernos sin nuestro consentimiento”
(Eleanor Rossevelt)
Es un tema con el que estamos acostumbrados a enfrentarnos día a día, pero no tanto el resolverlo, Nuestras reacciones son muy diferentes.
A veces las personas pueden ser impertinentes, groseras. Dependiendo del día que tengamos o nos sacan de nuestras casillas o nos hacen daño. Es muy raro que nos dejen indiferentes.
Contestar de igual forma con una actitud retadora y mal educada no suele dar buenos resultados, porque si no es nuestra forma de ser terminaremos hundidos o desmoralizados.
Yo suelo apartarme de la mejor manera posible, eso si termino muy dolida.
Hace unos días me llegó este cuento que es una joya y responde de forma muy positiva "Lo Más frustrante para quien quiere ofender es ver frustrado su objetivo, es decir no lograr la reacción que espera del otro"
La ofensa
El era un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo.
Al terminar la clase de fin de año, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:
-Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de ver su cara aburrida.
El alumno estaba erguido, con semblante desafiante, en espera de otra respuesta airada de su profesor. Pero ante su asombro, el hombre le respondió:
-¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?
-Por su puesto que no, respondió el alumno algo sorprendido”.
-Bueno, prosiguió el profesor, cuando alguien intenta ofenderme o decirme algo desagradable, está ofreciéndome algo.
En tu caso es una emoción de rabia y rencor que puedo decidir no aceptar. Si yo me siento ofendido o me pongo furioso estaré aceptando tu regalo, y yo prefiero regalarme mi serenidad.
Amigo, prosiguió el profesor, la vida nos da la oportunidad de amargarnos o de ser felices.
Tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo porque no me interesa.
Yo no puedo controlar lo que hay en tu corazón, pero de mi depende lo que yo cargo en el mío.
Cada día, en todo momento, tu puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres poner dentro de ti, y lo que elijas lo tendrás hasta que decidas cambiarlo, porque es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o de ser felices.
"La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego"
(Proverbios 15:1)
¿Cuántas veces hemos aceptado la ofensa ajena y hemos respondido en su mismo idioma?
Sería deseable no olvidarnos o mejor de memorizar que somos nosotros quiénes decidimos aceptar o no la crítica destructiva, la ofensa y la burla.
Mantener siempre el control de nuestras emociones, no guardar amargura en el corazón contra otro y responder siempre con gracia sería lo deseable. Ojalás siempre de nuestra fuente salga agua dulce.
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Ojalá y fuera fácil llevar a cabo eso, pero es un poco complicado, sobre todo porque cuando nos ofenden le dan una bofetada a nuestro ego y éste suele tomárselo muy a mal.
ResponderEliminarImagino que será cuestión de ir practicando poco a poco esa templanza para no dejar que nadie nos haga daño y sobre todo para no ponernos a su altura.
Ya lo creo Noe, que fácil no es.
ResponderEliminarPara para mi ha sido una asignatura que tuve que aprobar y lo he hecho raspandito. Nunca contesté mal, más bien me he callado pero sufrí demasiado. Y evitar esto me impulso a leer libros sobre este tema y trabajarlo. Nunca lo he entendido.
Sigo sin el notable pero todo se andará:)
Bss
Nadie puede evitar que hablen bien o mal de uno mismo...particularmente me da lo mismo, pero una cosa son las habladurias y otras los hechos contra ...
ResponderEliminarYa habia leido esta historia, que me parece muy bonita, pero que en la práctica del día a día, en el trabajo en las comunidades,en la misma familia...es dificil de aceptar cuando no solo es uno, sino que se unen los maledicientes contra el que vive tranquilamente sin meterse con nadie.
Un besillo
TEmplanza, amiga, templanza... dónde la venden que necesito cuarto y mitad para afrontar el mañana... Ah! aquí tú tienes y rebosa... me viene bien venir... así me atempero... Bss...
ResponderEliminarEs genial aunque poder aplicarlo en los avatares de la vida diaria es difícil, no imposible, lo suelo conseguir, pero a mi alrededor veo a muchas personas que no lo logran y ni siquiera lo intentan.
ResponderEliminarBesitos
Hola Alicia, el que hablen o dejen de hablar tampoco me importa, es inevitable.
ResponderEliminarLo que duele es cuando te dicen las cosas de mala manera, la grosería y la ofensa.
Yo a esto nunca he respondido igual. Pero me ha dolido y me ha hecho daño.
De lo que se trata es que me afecte lo menos posible y así he entendido el post. Una forma de hacerlo es como lo hizo este hombre, pero seguro que hay otras.
Bss
Ya te veo yo Mari Cari, no es una virtud que abunde. Pero me conformo con no meterme con nadie. Y si ytengo que decir algo lo hago con cariño y educación.
ResponderEliminarVen a mi vera que las dos nos subiremos a un árbol de tu jardín-:)
Bss y buen finde
Bueno Elysa lo que hay que conseguir creo yo que ese sea su problema pero no el tuyo ni el mio. La envidia, la frustración, la rabia, existen y no se puede erradicar por desgracia. De lo que se trata es que nos afecte lo menos posible.
ResponderEliminarBss y buen finde
Por no discutir y por querer llevarme bien con todo el mundo, yo suelo acumular muchas ofensas, y llega un momento en que cuando me han cargado tanto y durante tanto tiempo, a la más mínima exploto como un volcán.
ResponderEliminarEs probable que llegue hasta ahí por mi incapacidad de "parar los pies" a tiempo y en el momento oportuno. O como dice un dicho que conozco: "Es mejor ponerse una vez rojo, que cien amarillo". Lo más curioso es que después de la tormenta, no llego a tener ningún rencor por nadie.
Ah¡, lo malo de esta estrategia o táctica de la indiferencia - la cual la he empleado muchas veces- es que los ofensores o acosadores la conocen, y suelen insistír una y otra vez hasta que consiguen su objetico.
ResponderEliminarQue difícil es mantener esa aptitud cuando es la sociedad la que te invita a tener otra, lamentablemente a mí me parece más utópico que real, aunque a veces lo intente... Gracias por tan buen post y saludos.
ResponderEliminarLo que propone el profesor sería lo ideal, pero es muy difícil controlar nuestros sentimientos, y sentirse dolido por un tercero es un sentimiento.
ResponderEliminarBesos.
Yo no tengo autocontrol. Durante casi cuatro años trabajé como teleoperadora. Me dijeron de todo, muchas veces. Barbaridades sin cuento. Algunas podían comprenderse porque todos conocemos a la teleónica...pero en ningún caso justificarse porque yo no era la telefónica. Era sólo una persona intentando hacer bien su trabajo y es un trabajo durísimo. Doy fe. En mi call-master había una teclita MUTE. Yo les hablaba a los clientes con mi voz de nena pequeña (si, tengo voz de nena) y el tono más dulce que podía conseguir, pero cuando pulsaba el MUTE soltaba burradas que hubieran hecho enorojecer a un carretero de los de antes...Lo ideal sería responder como el profesor de la historia...pero no me sale :D Creo que si no hubiera tenido MUTE me habrían despedido el segundo día.
ResponderEliminarUn beso, Katy
Katy: Es cierto que la reflexión del profesor es acertada: No se puede controlar lo que hay en el corazón de los otros, pero nosotros sí podemos hecernos cargo de lo que hay en los nuestros.
ResponderEliminarPor supuesto que no es nada fácil y requiere de un ejercicio contínuo de autocontrol, que a veces se "nos escapa de las manos" y es inevitable sentir rabia y dolor...
Pero como vos decís: En esos casos, hay que tratar que nos afecte lo menos posible.
Muy buen post!!
Cariños para vos.
Hola que tal, soy Alejandro Solorzano , Te interesa poner anuncios de texto en tus blog.
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Saludos cordiales.
Hola Runaway, te entiendo perfectamente, a mi me ha pasado, y eso es lo que he aprendido, que no me afecte nada. Es un duro camino a recorrer porque no somos insensibles pero es inevitable que muchas personas desahoguen sus frustraciones de esta manera. Lo seguiran haciendo porque aún no han madurado lo suficiente creo yo y la mala milk existe...
ResponderEliminarEsto no quiere decir que no de diga lo que se piensa pero la educación es muy importante.
No es lo fondo lo que duele, sino la forma.
Un abrazo y gracias por compartir tu experiencia.
Buen finde
Hola P. Verde, si la sociedad invita a insultar y eso es lo que podemos ofrecer, en nosotros está si es que así lo decidimos en no hacer lo propio. Pero al márgen si conseguimos no devolver el insulto dejarán de hacerlo porque hablar con las paredes es muy aburrido. Yo nunca lo he devuelto, pero lo que si he conseguido es que que me afecte menos ya que no podré evitar que la mala educación exista.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno Elena, la utopía existe y tenemos que tender a ella. Yo no llego a poner la otra mejilla, pero tampoco practico el ojo por ojo. Lo que no soporto son las descalificaciones, y el hacer daño porque sí. Es irremediable que te lo hagan y si consigo pasar a veces lo consiodero un gran triunfo.
ResponderEliminarBss
Bss
jajaja Alma lo sé, tengo personas muy queridas trabajando de teleoperadoras. Es muy duro. Gracias como dices a la tecla MUTE. Pero si analizas esta experiencia (Yo la tuve de guia y no era la agencia) el daño te lo has llevado tú si es que te ha afectado. Si te ha servido de desahogo genial. Una cosa es la ofensa y otra la mala educación y bombardeo de insultos escudados bajo el anonimato. Realmente te darían ganas de mandarlos a todos a la m....
ResponderEliminarBss y gracias por contarnoslo tan amenamente
Hola querida Laura, has resumido de manera sencilla el mensaje del post. Es así requiere un ejercicio de autocontrol máxime cuando somos impulsivos. Pero tratar de que nos haga menos daño, y no tratar de pagar con la misma moneda que agrandaría la herida.
ResponderEliminarHay un refrán que viene como anillo al dedos "A palabras necias oídos sordos"
Difícil pero no imposible.
Bss
Muchas gracias Alejandro por el ofrecimiento, pero mis blogs están concebidos sin ánimo de lucro y a menos que tenga una necesidad acuciante de momento me gustaría que siguieran así.
ResponderEliminarUn saludo
Una gran enseñanza, la que nos ofrece el cuento, pero qué difícil es a veces aguantarse.
ResponderEliminarEso sí, cuando se consigue, qué bien sienta dejar al de enfrente desconcertado.
Buen fin de semana.
Katy, soy más bien templado y más siendo maestro, creo que eso me ha ayudado a dominar mis impulsos, porque con grupos de niños o tienes paciencia y demuestras cariño o te da un infarto, aunque eso no quita sacar de vez en cuando un poco de genio pero "sin acritud".
ResponderEliminarNo puedo presumir tampoco, porque en la vida diaria me cuesta más mantener esa actitud, aunque sepa que es la que muchas veces descoloca al contrario.
Está bien reflexionar sobre este asunto.
Un saludo.
Así es Perikiyo, que bien se siente uno cuando deja de ser vulnerable. A veces siempre te machacan los mismos y suelen ser personas cercanas. Creo que ahí radica la dificultad
ResponderEliminarBss
Siendo maestro no te queda otra. Yo he trabajado varios años con niños y ellos enseñan mucho autocontrol. No obstante es distinto, no suelen ofender. Lo que duele es la ofensa. Con los niños desarrollamos más la paciencia.
ResponderEliminarCreo que que meditanto y reflexionando como dices damos un pasito para adelante.
Un abrazo y buen finde
Leí hace tiempo una frase célebre de célebres autores, de las que ponen en los sobrecitos de azúcar, que se me quedó en la memoria. Es de Wilde, decía: "Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más".
ResponderEliminarY posiblemente lo pensara de verdad. Él que fue perseguido y acabó pobre y en la miseria.
Besos Katy.
Tal vez muriese pobre y en la miseria, pero rico en otras cosas. Seguro que asumió esa derrota sin sufrimiento moral. Pero esto llevar las cosas a terrenos que yo no tengo ni idea. Pero me quedo con la frase a pesar de que le ponga una objeción. Si sigo pensando en el ojo por ojo, no estoy haciendo nada por mi.
ResponderEliminarBss y buen finde
Hola Katy, espero este se vea he cambiado de tactica, es la cuarta vez que intento comentar.
ResponderEliminarA lo referente a tu entrada es asombroso actuar con serenidad los beneficios que nos pueden dar, hace poco reaccione así ante algo que me sucedio y quede sorprendida, salio simplemente y con muy buenos resultados.
Pero tambien te digo que es una respuesta a un estadio y a un seguimiento de vida y de formas, por lo tanto no es facil.
Un abrazo.
Hola Montse así lo expresé. Yo he tatdado años en conseguirlo y no es fácil cuando se trata de personas cercanas con las que el trato es irremediadble. Conseguir que cuando te está machacando de contínuo mostrate indiferente y que no te afecte. Pero si que es relativamente sencillo cuando viene de personas conocidas.
ResponderEliminarBss
Pues si quieres que te diga una cosa, la respuesta del profesor fue excesiva. Revela una acritud contenida, un esfuerzo por demostrar que no está afectado (lo que demuestra que, en efecto, lo está). Yo simplemente le habría sonreído al chico, y le habría preguntado por qué se había sentido así en mis clases. (He sido profesor durante muchos años.) Porque es posible que tuviera algo de razón, y que también yo pudiera aprender de eso. En cuanto al insulto y la ofensa son dos cosas distintas: el insulto lo profiere el otro. La ofensa es lo que uno siente. Si intento comprender las razones del otro, por equivocadas que pudieran ser, nunca me sentiré ofendido.
ResponderEliminarMuchas gracias Roberto por tu reflexión. Agradezco que compartas tu experiencia, porque la de cada uno es diferente. Cada caso es distinto y no voy a entrar analizar el comportamiento de nadie porque para ello tendría que ser psicóloga. Yo pongo un ejemplo y cada uno saca sus conclusiones.
ResponderEliminarSi tu has sido capaz de hacer todo esto demuestras una gran generosidad que no todos tenemos. Pero lo que si deberiamos tener es educación.
Un abrazo
Dice el refrán que "el mayor desprecio, es no hacer aprecio", y no se equivoca mucho.
ResponderEliminarUn abrazo!!
El refranero es muy sabio amiga, y si al menos conseguimos controlar hasta aquí ya hemos evolucionado bastante.
ResponderEliminarBss y buena semana C.G