A mi terraza
No trepará por sus muros la hiedra
ni veré los geranios en flor,
no adornará el rojo de la piedra
aquél espléndido verdor.
No brotarán capullos, ni retoños
cuando lleguen las primaveras,
ni los primeros fríos del otoño
cubrirán de rocío mis jardineras.
Al arrancar la hiedra
arranqué también al flor,
desnuda se quedó la piedra
sombría, falta de color.
No podía cuidar de ellas
símbolos de una perdida pasión,
todo cambio deja huellas
y da paso a una nueva ilusión.
15-10-78
Todo cambio tiene su premio
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